El dudoso barómetro moral de la congresista Aristizábal. Contradicción: ayer traicionó al partido, hoy quiere posar de salvadora



La representante a la Cámara, que en el proceso de votación de la Reforma a la Salud hizo parte del grupo de 18 congresistas que contravinieron la decisión del presidente nacional del partido Liberal, César Gaviria, de votar negativo, declarándose con ello en desacato, hoy se contradice y se presenta como defensora de la colectividad. Dado que su candidato, Jorge Hernán Gutiérrez, carece de fuerza y el aval para aspirar a la Gobernación, que precisamente otorgará Gaviria, está cerca de Juan Miguel Galvis, de la Casa Jaramillo, de la cual es contradictora política, el lunes 15 de mayo, durante una reunión del partido en Armenia, exigió la aplicación de nuevos mecanismos para la elección de los candidatos rojos para las regionales, pues no se resigna a perder. Mientras se abre el debate, se cocina en su contra una demanda por doble militancia, amparada en la jurisprudencia del caso Roy Barreras, que perdió su curul en el Senado.

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Han pasado ya 10 días desde que el Consejo de Estado anuló la elección como senador de Roy Barreras, quien se venía desempeñando como presidente de la corporación. Ruido mediático aparte, es importante examinar que en la exposición de los precedentes y las normas constitucionales que llevaron al tribunal a declarar su doble militancia, el magistrado ponente, Pedro Pablo Vanegas Gil, señala aspectos que darían luces a la actuación de un actor político del departamento del Quindío, también con curul en el Congreso, y que genera más bulla que resultados: la representante a la Cámara Sandra Bibiana Aristizábal Saleg.

La representante aprovechó la reunión del partido Liberal de este lunes 15 de mayo para pedir de nuevo que el candidato de la colectividad fuera elegido por votación, aduciendo que de esta manera se respetaría la institucionalidad y legitimidad partidistas, mismos aspectos que ella contravino cuando traicionó la postura de la presidencia del partido, en cabeza del ex presidente de la República César Gaviria Trujillo, y defendió la idea de dar voto positivo al plan de desarrollo del presidente de la República, Gustavo Petro Urrego.

Esta rebelión le puede costar caro a Aristizábal Saleg: de acuerdo con la ponencia del magistrado que eliminó el piso jurídico a la curul de Roy Barreras, “las curules no pertenecen a los elegidos (política personalista) sino a las colectividades que los avalaron (fortalecimiento democrático de las colectividades)…, por ello, deben responder por los avales que otorgan; sus candidatos, una vez elegidos para una corporación pública -por regla general-, actúan conjuntamente en bancada en razón de su pertenencia a la organización política. Por lo anterior, y como lo ha concluido esta Sección, ‘las curules obtenidas por los partidos y movimientos políticos pertenecen a éstos y no a los candidatos’” -147-. 

Prosigue el magistrado: “Los poderes de veto y expulsión que ostentan los partidos y movimientos políticos refrendan la tesis de que el derecho subjetivo que adquieren los candidatos electos se subordina al derecho político fundamental que esas organizaciones tienen en tanto sirven como canales de comunicación entre la sociedad y sus militantes que integran los cuadros del poder político para la materialización de sus ideales y desde luego para la búsqueda del bienestar general”.

Frente a las consecuencias que acarrearía la actuación irregular de Sandra Bibiana Aristizábal frente a su partido también está claramente definida por el Consejo de Estado, al establecer que “La figura de la expulsión de los partidos como sanción disciplinaria que puede ser impuesta a los miembros de las corporaciones públicas, se encuentra expresamente respaldada por el texto constitucional, precisamente a propósito del régimen de bancadas, al establecer que los miembros de las corporaciones públicas deberán actuar en ellas como bancada y que la inobservancia de sus directrices podrá ser sancionada por los partidos, imponiendo «hasta la expulsión»”. -208-

En la reunión de este lunes, la representante y su hermano Armando Aristizábal Saleg, diputado del Quindío, pidieron no solo que se cambiara el mecanismo de elección del candidato, pues ven con aparente temor que el aval está más cerca de Juan Miguel Galvis Bedoya, de la Casa Jaramillo, a la que los hermanos Aristizábal hacen oposición, sino que además atacaron de manera directa al presidente del directorio quindiano, Diego Torres Vizcaino.

¿Para los Aristizábal solo existen las reglas cuando les conviene? ¿Tan acostumbrados a manosear las reglas están, que caen en groseras tergiversaciones y mentiras que buscan enlodar a quienes no aceptan sus caprichos, de dudosa transparencia? ¿Quieren apoderarse de todo, porque por encima de su pueblo están sus propios intereses? Esas posturas son el fiel reflejo de la politiquería de la que el Quindío se debe desprender.

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