Red de mentiras de Ciro Ramírez. San Ciro (Parte I)
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¿Por qué el exsenador Ciro Ramírez se hizo pasar por abogado de Pablo César Herrera, exgerente de Proyecta, para visitarlo en La Picota?, ¿por qué habla de un caso de acoso sexual contra Herrera que nunca existió?, ¿por qué dice que los abogados de Herrera le pidieron ayuda, lo que desmiente el único abogado que tiene Herrera? Lee la primera parte de este reportaje esclarecedor.
Desde la cárcel La Picota, el exsenador Ciro Ramírez encendió el ventilador con relación al caso Las Marionetas II, escándalo de corrupción en el que está involucrado. Apuntó a vincular al proceso al exgobernador del Quindío Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas, pero ¿tiene pruebas de lo que dice o miente? Él despeja las dudas al decir que si habla del tema podría ser demandado por injuria y calumnia, con lo que indica que no puede probar lo dicho.
Ni Mario Castaño (qepd), enemigo declarado de Roberto Jairo Jaramillo porque este lo alejó del Quindío, ni Pablo César Herrera, principal testigo del proceso, lo mencionaron en sus declaraciones por una razón (ver proceso de la Corte Suprema de Justicia): no estuvo involucrado.
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El término picota se refiere al lugar en el que en la Edad Media se cumplía la justicia, donde se exponía a la vergüenza pública a los delincuentes, donde se azotaba a los malhechores y donde, con una finalidad ejemplarizante, se exponían los restos de los ajusticiados: así aparece en Google. La RAE, por su parte, dice sobre la construcción “estar en la picota” que no es otra cosa que estar en una situación de descrédito por haberse hecho públicos sus defectos o faltas.
El nombre oficial del establecimiento es Complejo Carcelario y Penitenciario Metropolitano de Bogotá, Comeb, pero el bogotano antiguo, conocedor del idioma, lo apodó La Picota. La mole de cemento está ubicada en la localidad Rafael Uribe Uribe, y está bajo el control del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec. Allí pasa sus días el senador Ciro Ramírez.
La semana pasada le concedió una entrevista al periodista Florencio Sánchez, director de la web Focus. El escenario fue una cancha de pasto de fútbol 5 del pabellón R sur de funcionarios públicos. Al fondo, a su izquierda, se observan una construcción parecida a una escuela rural, techo de Eternit y una pared blanca adornada por una franja inferior turquesa de unos 40 centímetros de altura. La pared tiene muchas ventanas, al parecer son celdas. Ciro Ramírez está sentado y al fondo, como una tercera protagonista de la entrevista, se ve una silla vacía.
“Ramírez es investigado por la Corte Suprema de Justicia por concierto para delinquir agravado, cohecho e interés indebido en la celebración de contratos, porque presuntamente entre noviembre de 2020 y finales de 2022 participó en la manipulación y dirección de 15 contratos en Tolima, Quindío y Valle del Cauca”, dice un informe periodístico.
“La Corte lo investiga porque Pablo César Herrera, exgerente de la empresa Proyecta Quindío, confesó que direccionó dos contratos interadministrativos -uno de $22 mil millones y otro de $49 mil millones- con el Departamento de Prosperidad Social en Quindío y Tolima. Herrera dice que le entregó $1.000 millones en coimas a Ramírez, y que este le exigió entre el 10 y el 15% por contrato firmado”, agrega.
Por esa razón Ciro Ramírez está en La Picota. Herrera sostiene que Ánderson González le entregó a Ciro Ramírez esos $1.000 por direccionar el contrato 670, que sí existió en un momento de la historia y fue celebrado entre DPS y Proyecta.
En febrero de 2024, oficialmente el Senado decretó sobre su curul “silla vacía”, figura que surgió durante el proceso de la parapolítica y que es una sanción que se le aplica a los congresistas que están condenados o formalmente vinculados a investigaciones penales por la comisión de delitos relacionados con la pertenencia, promoción o financiación a grupos armados ilegales, actividades de narcotráfico, contra la administración pública, contra los mecanismos de participación democrática o con delitos de lesa humanidad.
Privado de la libertad, con su silla vacía y con el objetivo de salir de la cárcel, Ciro Ramírez arremetió contra Pablo César Herrera, y se preguntó por qué razón él (Ciro Ramírez) está encerrado y al gobernador del Quindío de ese entonces, Roberto Jairo Jaramillo, no se le ha vinculado en la investigación. Consulté a un penalista que conoce el caso, pero aunque me solicitó reserva de su nombre, dijo: “No está vinculado porque simplemente no tuvo que ver en esa trama. Si se va a vincular a alguien tiene que existir material probatorio”.
Pablo César Herrera, que le pidió disculpas a su familia, aceptó un Principio de Oportunidad, facultad constitucional que fue incluida en el ordenamiento jurídico procesal que entró en vigencia a partir del acto legislativo 03 de 2002 y la Ley 906 de 2004, la cual consiste delatar en orden ascendente a quienes estuvieron con él en la comisión del delito.
Roberto Jairo Jaramillo nunca fue mencionado, por ende no está vinculado al proceso; solo están aquellas personas que estuvieron involucradas en los hechos; pero no bastaba con que Pablo César Herrera mencionara a alguien, dicha mención debía estar apoyada en pruebas, sino esa referencia terminaría afectaban a quien señalara a otra persona sin fundamentos. Por dicha razón, el senador Mario Castaño, condenado por el escándalo de corrupción de Las Marionetas, nunca nombró a quien no estuvo involucrado.
En resumen, si Pablo César Herrera quiere involucrar a alguien más en su confesión tienen que existir otros medios probatorios que corroboren su versión, pues no puede ser una versión huérfana o que falta a la verdad.
El magistrado ponente Marco Antonio Rueda Soto ha dicho que existen pruebas contundentes en contra de Ciro Ramírez. El senador se hizo pasar por abogado de Pablo César Herrera para ingresar a la cárcel La Picota y hablar con él cuando supo que podría ser nombrado en el principio de oportunidad.
Nunca existió un caso de acoso sexual en contra de Herrera (consultar registros del Inpec); la esposa de Herrera nunca llamó a Ciro Ramírez para buscar una ayuda humanitaria. Ramírez dijo que fue contactado por el grupo de abogados de Herrera para que intercediera por él, pero Pablo César Herrera no tiene un grupo de abogados, tiene desde el inicio del proceso solo un abogado defensor y este nunca contactó al exsenador; contrario a lo que dijo Ciro Ramírez, el convenio 670 sí existió en un momento; además, Roberto Jairo Jaramillo no hizo la gestión señalada ante el DPS.
En su periodo como gobernador del Quindío, Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas fue presidente, por estatutos, de las juntas directivas de la Universidad del Quindío, el hospital San Juan de Dios, el hospital del Sur y el hospital La Misericordia; el Instituto de Tránsito y Transporte, IDTQ; la Lotería del Quindío, Indeportes y de la Empresa para el desarrollo Territorial, Proyecta.
Proyecta, como empresa industrial y comercial del Estado, tiene independencia administrativa, financiera, contable y jurídica, y como toda empresa industrial y comercial del Estado el gerente responde por las decisiones de la entidad. Por ello Pablo César Herrera hoy responde ante la justicia.
Cuando el senador Ciro Ramírez, que ha caído en contradicciones, ingresó a La Picota a reunirse con Pablo César Herrera lo hizo violando la ley, porque no accedió como Senador, lo hizo como abogado, aunque él no estaba registrado como abogado titular ni suplente de Herrera.
Cuando en La Picota un abogado ingresa al pabellón de máxima seguridad, donde estaba Herrera, a comunicarse con su defendido, lo hace en recinto blindado donde hablan a través de un vidrio que tiene 5 orificios. Para hablar lo deben hacer ante la presencia de los guardianes y casi gritando, lo que le quita privacidad a la conversación.
Ciro Ramírez consiguió, aún se desconoce de qué forma, que el Inpec le permitieran reunirse con Herrera en una sala especial donde se hacen audiencias virtuales y no hay control. En esta no están separados por un vidrío y pueden hablar sin ser escuchados. ¿Qué hizo allí? Herrera lo explica: Ramírez le pidió que no lo delatara.
GS Oliver
Comunicador social – periodista