Exclusiva: se pronuncia Toto, caso Óscar Gómez

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Me dolió profundamente el cruel asesinato del periodista Óscar Gómez; sin embargo, el dolor no me puede llevar a señalar culpables sin pruebas. Se lo dije a Ariana Gutiérrez, joven abogada de la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, que me contactó unas horas después de los hechos para indagar sobre las causas del homicidio, y se lo digo a cualquiera.

El excongresista fue atacado con un arma de fuego mientras se disponía a ingresar a las instalaciones de la emisora Rumba del Café. Mientras su cuerpo yacía en medio de la calle, el abogado Diego Felipe Urrea, director de la emisora, apuntó hacia quienes cree responsables del hecho, y mencionó a César Augusto ‘Toto’ Pareja, actor político del departamento, sobre quien en los últimos años se ha tejido un manto de duda, fortalecido por su silencio. Dura acusación, ¿pero las pruebas?

El respeto por el ejercicio periodístico obliga a ir la fuente. Pareja siempre se había negado a dar entrevistas, pero esta vez fue distinto. “Yo era muy amigo de Óscar”, me respondió.

“La gente piensa que si alguien me critica, habla de mí o simplemente me menciona, se convierte en mi enemigo. Pregúntenles a los amigos cercanos de Óscar, ellos confirmarán que teníamos una gran amistad. Lo que pasa es que yo respeto el ejercicio de los periodistas, que tienen el derecho de sentar su posición. Podemos no estar de acuerdo, pero es respetable cada forma de pensar. Además, Óscar y yo hablábamos todos los días (todo lo tengo en mi WhatsApp), y él nunca se refirió a mí en malos términos. El hecho me impactó y lo lamento en el alma”, dijo.

Pareja accedió a hablar por primera vez con un periodista y a que sus declaraciones fueran publicadas. Entonces, ¿cuál es su posición sobre estas acusaciones? “Estos lamentables hechos de violencia me llevan a cuestionarme sobre varios aspectos, especialmente en lo que respecta a las apresuradas e irresponsables acusaciones que se han hecho sobre mí. Aunque no hay ningún proceso en mi contra, se ha vuelto un patrón repetitivo acusarme de manera inmediata y sin ninguna prueba de todo lo que ocurre en el departamento. Pareciera que esta es la manera más fácil de desviar la atención de las investigaciones o de esconder los verdaderos motivos que están detrás de cada acto violento”, dijo.

“Es cierto que con algunas personas puedo tener diferencias políticas y conceptuales, pero jamás esas diferencias deberían llevarlos a señalarme e insinuar sin fundamento que cada vez que ocurre algo en el Quindío la responsabilidad recae sobre mí. Se ha vuelto costumbre acusarme sin sustento, calumniarme sin pudor y, tal vez, tratar de desviar la atención de lo que realmente deberían hacer las autoridades”, agregó.

“Para muchos, me he convertido en un mito. Sólo porque me ven como un factor político, me nombran y me señalan sin conocerme; relatan historias que no vivieron, sino que escucharon. Esta malsana costumbre de responsabilizarme de todo no está haciendo más que generar impunidad. Mientras tanto, los verdaderos responsables de estos actos violentos probablemente se están riendo de todo. No me gusta darles importancia a las mentiras, por eso nunca había salido a los medios”.

Sin embargo, Pareja ha cambiado de postura. Dijo que ya es suficiente y que no permitirá más calumnias. “Tomaré medidas legales”, afirmó. Otras personas que también se sienten afectadas por las declaraciones harán lo mismo. La abogada Sandra Urrea, en su representación, iniciará un proceso por injuria y calumnia contra el abogado Diego Felipe Urrea. “Dejo todo en manos de las autoridades”, dijo Pareja.

¿Y las autoridades? Deben dar resultados, sin caer en los sofismas de distracción, sin suposiciones, con pruebas contundentes, con la lana en las tachuelas uniendo las fotos, con juicios legales. En el contexto de la legislación colombiana, el principio de debido proceso, consagrado en el Artículo 29 de la Constitución Política, implica que ninguna persona puede ser condenada sin pruebas. Consulté con la Fiscalía y no hay procesos en contra de Pareja Giraldo, y nunca ha recibido un llamado de la ley.

¿Y qué dice la ley? La buena fe se presume y la mala fe se debe demostrar. En este sentido, el Artículo 83 de la Constitución establece que los actos de los servidores públicos y las personas deben ser interpretados de acuerdo con la buena fe, lo que refuerza que, sin pruebas fehacientes, no se puede acusar a nadie. ¿Y cómo se demuestra la mala fe? Con pruebas. Te guste o no te guste la persona, señalar a Pareja sin más fundamento que el rumor es sólo un camino hacia la impunidad, porque esto se ha convertido en un cliché que perpetúa la frase «caso sin resolver». ¿Dónde están las pruebas? Dadme las pruebas, yo te daré el reportaje.

A Óscar Gómez le apasionaba la verdad, sin miedo ni rodeos. Hablamos mucho, y siempre me decía “FINITO”. Si me llamaba entre las 8 y las 9 de la mañana, sabía que sería entrevistado en su programa La Comunidad por la Comunidad, sin previo aviso, y siempre le respondía. “Óscar, no publico nada si no tengo pruebas”, le repetía, a lo que él siempre me contestaba: “Así debe ser”. Un saludo, un apretón de manos, un café en San Basilio: así fue la última vez que lo vi. Por respeto a su memoria, que se destape la verdad.

Aquí Finito…

GS Oliver

Comunicador social – periodista

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