Tras entrega del partido Liberal, la Casa Jaramillo renuncia al tradicionalismo y se aparta de las viejas formas de hacer política

“La Casa Jaramillo renuncia al tradicionalismo y se aparta de las viejas formas de hacer política. Será una campaña diferente, en contra del establecimiento, de los partidos y de los viejos clanes políticos. Abriremos espacios para que nuevos liderazgos puedan emerger en el departamento. Aquí hay lugar para todos los que piensan diferente y para todos los que cuestionan lo establecido. Tenemos que decirlo, pero también que hacerlo. Sumarnos a otros sería convertirnos en lo que tanto criticamos, sería convertirnos en el problema real de Colombia”, Pablo Jaramillo.

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Ante la decisión del partido Liberal, dirigido por el expresidente César Gaviria Trujillo, de entregarle a Atilano Giraldo, excongresista de Cambio Radical, el aval para ser su candidato a la Gobernación del Quindío, poniéndolo por encima de Juan Miguel Galvis, de la Casa Jaramillo, fortín del actual gobernador Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas, Pablo Jaramillo, líder del grupo, sostuvo:

“La Casa Jaramillo renuncia al tradicionalismo y se aparta de las viejas formas de hacer política. Será una campaña diferente, en contra del establecimiento, de los partidos y de los viejos clanes políticos. Abriremos espacios para que nuevos liderazgos puedan emerger en el departamento. Aquí hay lugar para todos los que piensan diferente y para todos los que cuestionan lo establecido. Tenemos que decirlo, pero también que hacerlo. Sumarnos a otros sería convertirnos en lo que tanto criticamos, sería convertirnos en el problema real de Colombia”.

Entre risas y montajes, la oposición la dibuja la Casa como una estructura desvalijada, semidestruida, en un afán entendible en su estrategia de vender la imagen de un contrapeso debilitado. “Fallan en la lectura, porque nuestra Casa está hecha para albergar, enseñarles la entrada a los colectivos que decidan cruzar el umbral de su puerta. La Casa Jaramillo es un continente no un contenido”, dijo el candidato a doctor, y ahí está el quid del asunto.

Y agregó: “Esta Casa brinda su techo a los partidos que la quieran acompañar, y de allí que hoy sean varios los que departen en nuestra sala, que es la sala de todos. Hoy no es solo roja, es una amalgama de colores”.  

El partido Liberal avala a alguien de otro colectivo, y ¿desde la Casa Jaramillo qué han dicho?, que era una alternativa posible, teniendo en cuenta que hace cuatro años el mismo Gaviria había comprometido su palabra con Giraldo, a pesar de ser de otro partido, uno cercano a su oposición roja en el Quindío, el que lidera la otra vertiente de poder en el Quindío, encabezada por César Augusto ‘Toto’ Pareja Giraldo, del cual Atilano es tío.

En esa oportunidad, Roberto Jairo Jaramillo Cárdenas le ganó el pulso a Jorge Ricardo Parra, también de Cambio Radical, por el aval liberal, lo que era natural por la tradición de Jaramillo en las toldas rojas. Ante esta situación, Giraldo y Pareja pensaron a largo plazo, iniciaron una carrera de largo aliento, y aunque al principio no muchos creían en la veracidad de ese compromiso, que tal vez Gaviria asumió en un momento de desespero, el mismo resultó cierto, es tan extraño como dañino y demuestra por qué hoy el partido está fracturado.

“La Casa Jaramillo le apuntó a la disciplina de partido, a su unión, a su reconstrucción, pero al parecer gana de nuevo la tendencia que golpea un colectivo que requiere con urgencia nuevos liderazgos que lo recompongan y no que lo utilicen a su conveniencia”, subrayó Pablo Jaramillo.

Por ello, apartarse de dicha colectividad hasta que esta cambie su forma de actuar es para muchos la mejor decisión para esta Casa, pues hoy la tolda roja muestra incoherencias que es necesario erradicar.

Consultado Diego Torres Vizcaino, presidente del partido Liberal en el Quindío, sobre lo sucedido en la entrega del aval, le dijo a FINITO con diplomacia: “Lo que puedo confirmar es que el partido Liberal está vivo, tiene a todo mundo hablando de nuestra colectividad”.

Tiene razón en parte: está vivo, pero olvida que tiene múltiples fracturas y está en cuidados intensivos. Hay una corriente con el diputado Jorge Hernán Gutiérrez (en ella la congresista Sandra Bibiana Aristizábal y el exrepresentante Luciano Grisales), otra con el diputado Rodrigo Alberto Castrillón, otra con Atilano Giraldo (congresista Piedad Correal Rubiano) y otra con la Casa Jaramillo.

El partido está escindido, y reciba quien reciba el aval, no habrá unión, más teniendo en cuenta que dos de las anteriores corrientes son falsos positivos, no mueven los hilos de ellas liberales de verdad, sino que son apuestas de Pareja Giraldo: la del diputado Gutiérrez, porque allí está Aristizábal, y la de Atilano, miembro de su familia.

Darle el aval Liberal a alguien de Cambio Radical es muestra de esa incoherencia, más cuando la mayor parte de los militantes rojos no creen en Giraldo; pero Gaviria no se traiciona a sí mismo: estuvo con Fico en la primera vuelta presidencial y con Petro en la segunda, aunque por lógica, línea de pensamiento, debía de estar en esta con Rodolfo Hernández, y ¿por qué lo hizo?, porque vio a Petro más fuerte: su filosofía, la de Gaviria, conduce al partido hacia un abismo, lo ha entregado y ha perdido el control. ¿Puede reflexionar?, tal vez, pero no ofrece garantías, tanto que ya viró el rumbo y ni siquiera se mantiene en sus decisiones, ya se alejó de Petro.

Hoy Gaviria se decanta por Giraldo, pero es evidente que no conoce la región, que se equivoca; y aún a sabiendas de su error, buscará con el de Cambio Radical un triunfo que, a todas luces, de llegar a darse, será pírrico para su maltratado partido, entendida este como aquel triunfo que se consigue con muchas pérdidas en el bando aparentemente o tácticamente vencedor, de modo que incluso tal conquista puede terminar siendo desfavorable para dicho bando.

Lo del partido Liberal es un tema para analizar, está fraccionado a más no poder, tanto que en este momento de la historia un enorme número de sus militantes piensan que es mejor estar lejos de él. La campaña en busca de la Gobernación se pone al rojo y la Casa Jaramillo, con nuevos estandartes, le apostará a una suma de colores.

“Esperamos, fuimos prudentes, sabíamos que esa decisión era posible, pero había que confirmarla para tener el impulso que necesitábamos, queríamos ayudar al mejoramiento del partido, pero hay formas que no se pueden cambiar de la noche a la mañana: será un trabajo arduo. Hoy somos independientes, no tenemos ataduras, y representados por Juan Miguel Galvis, se viene una linda campaña con nosotros luchando contra todo lo que tanto daño le ha hecho al Quindío. Nos gusta ese escenario, pues deja claro quién es quién”, concluyó.

GS Oliver

Comunicador social – periodista

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