El que estuvo a nada de ser el deportista más importante en la historia del Quindío asistió a su último baile
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Hace un año Yoni Andica sufrió una lesión espantosa, la luxación de un codo en la plataforma de competencia, pero a la media hora posteó una foto sonriendo, con su dedo pulgar arriba. Su mentalidad es indestructible.
No cualquiera vuelve a competir tras tamaña lesión, pero él lo hizo por amor propio, y si se volvía a luxar, ¡qué vamos a hacer?, pues mejor, se retiraba con las botas puestas, en el campo de guerra.
No llegó a unos Olímpicos, esa fue su gran frustración. Si lo hubieran llevado a Londres 2012, seguramente se hubiera colgado una medalla de bronce y hoy sería el deportista más importante en la historia del Quindío, pero la Federación de esa época lo dejó por fuera, a pesar de estar en su prime.
El bronce en los 77 fue para el cubano Cambar, al que él siempre le ganaba. ¡Esa sí dolió!, por lo menos a mí sí; pero como Yoni es un muchacho noble, terminó por alegrarse por su colega. Los Olímpicos eran en Londres y Yoni llegó hasta España, donde estuvo en la concentración previa con la selección Colombia, y allí fue descartado.
El error federativo fue brutal, pero al poco tiempo Yoni ya estaba sonriendo, con su dedo pulgar arriba. Así es él, relax, todo un maestro. Es Andica, el menor, el inderrotable, el hermano del olímpico Carlos, que es más seriote; Yoni es todo alegría, un profe exigente pero bonachón, lo que demuestra en la Liga.
En los Juegos Deportivos Nacionales de 2023, se retiró de la alta competencia, dejando una enorme cosecha de medallas, pero no se va, continuará vinculado como técnico. Buscará nuevos talentos, lo que a él le queda fácil, pues aunque tiene 36 años, parece un joven de 20 e interactúa mejor con los de ‘su edad’. Ya retirado, su hobby será levantar pesas; lo que me sorprendió, pues, en serio, no me lo esperaba.
Finito.