¿Quién persigue a la madre de Juan Miguel Galvis por un objetivo político?

El candidato a la gobernación Jorge Ricardo Parra dice en entrevistas que se centra únicamente en su campaña, afirmación que está alejada de la realidad, pues desde su equipo de comunicaciones han intentado sabotear el proceso de Galvis con memes, noticias injuriosas y ataques a redes institucionales, lo que ha generado el inicio de 2 procesos ante la Fiscalía. La respuesta a la pregunta ¿quién persigue a la madre de Juan Miguel Galvis?, es simple: Víctor Manuel Parra, padre del candidato. Aquí, apartes de un ataque político que inició en 2007.

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El tema comenzó en 2005. Dídier Letrado, ingeniero civil recién graduado, fue nombrado por la entonces alcaldesa de Salento, Laura Bedoya (2004-2007), en un cargo del nivel directivo, como Secretario de Obras Públicas, con un salario de $900.000 mensuales. En el año 2006, hubo una reestructuración con la ESAP y dicha secretaría pasó a ser de nivel técnico y se denominó Subsecretaría de Obras Publica, y el citado ingeniero ocupó el cargo de subsecretario.

El cambio se dio porque la ESAP, tras un estudio, redujo, con los cambios de nivel, las cargas de la administración para ahorrar recursos. Posterior a ello, Letrado presentó la renuncia al cargo y se retiró de la alcaldía de Salento. Pasado un tiempo, fue llamado a contratar con dicho municipio, y la abogada de la alcaldía analizó el caso y consideró que no había problema en que fuera vinculado.

Pero la profesional no notó que sí había una falla, pues, al haber ocupado el cargo de secretario de despacho del nivel directivo, el ingeniero debía esperar 12 meses después de su retiro para poder ser contratado en el municipio de Salento. Esto no fue tenido en cuenta por la asesora.

Este hecho fue utilizado en el año 2007 por el señor Víctor Manuel Parra (padre del actual candidato por Cambio Radical a la Gobernación del Quindío, Jorge Ricardo Parra Sepúlveda), quien fue la persona que presentó las denuncias (16 de julio ante la Fiscalía y 24 de julio ante la Procuraduría), según la exalcaldesa, como represalia contra ella.

Sus diferencias nacieron a finales de la década de los 90, cuando en el gobierno de Carlos Arturo Galvis Ocampo (1998-2000), padre de Juan Miguel Galvis, se consideró que Víctor Parra no era el idóneo para hacer, como representante de la Contraloría, una auditoría a la alcaldía municipal. Galvis había recibido información de que el funcionario no era objetivo y que en ocasiones anteriores había terminado siendo cercano de las personas a las que debía auditar, y quisieron evitar esto por respeto a la transparencia.

Laura Bedoya, esposa de Carlos Arturo Galvis, llevó a la gente de la comunidad salentina, de los barrios el Jardín y Santa Teresita, entre otros, e hicieron un plantón. Como resultado, Parra fue cambiado por la Contraloría y mandaron a otro profesional, siendo este el origen de la persecución, que Parra ha desarrollado en contra de Galvis, Bedoya y su familia.

En anuncio

En 2007, en Salento, el personero del municipio, Héctor Fabio Villada, le preguntó al joven ingeniero Letrado qué contrato había hecho, y después le informó que lo iban a denunciar. Él le explicó que en 2006 había renunciado a ser subdirector de obras del municipio, pues el sueldo era muy bajo, de $900.000, y que meses más tarde se presentó una oportunidad de supervisar un proceso de pavimentación (carrera cuarta cerca del Alto de la Cruz), mediante contrato de prestación de servicios, por un valor, también bajo, de un millón 300.000 pesos (por mes), sueldo del cual debía sacar para asumir el pago seguridad social. Mensualmente le quedaban como ganancia un millón 100.000 pesos, lo que le servía para su sostenimiento.

Absueltos

Tras la denuncia del padre de Jorge Ricardo Parra, la Contraloría determinó que en el caso no hubo detrimento patrimonial, porque el objeto del contrato se cumplió, y la obra a revisar se ejecutó en su totalidad, y la Procuraduría los absolvió, pues consideró que no hubo falta disciplinaria, significando con ello que no hubo desvío y/o apropiación de recursos públicos por parte de la señora Laura Bedoya de Galvis, como tampoco por el ingeniero Dídier Letrado.

Responsabilidad penal

Después, la Fiscalía anunció apertura de investigación porque la contratación de Letrado como subdirector se dio a menos de 12 meses de haber dejado de ser secretario de despacho, lo que le generaba una inhabilidad.

Entonces se les imputó los delitos celebración de contrato sin el lleno de requisitos legales (pues no podía ser contratado en menos de 12 meses), falsedad ideológica en documento público (pues no mencionó que estaba inhabilitado, dado que lo desconocía) e interés indebido en la celebración de contratos. Después de una persecución sin cuartel, de 150 derechos de petición, Víctor Manuel Parra padre logró su objetivo.

En primera instancia, se tenía como abogados defensores a César Augusto López Durango y el Dídier Valencia. Después de varias etapas del proceso, asumió la defensa de la señora Laura Bedoya de Galvis, Óscar Arbeláez, y en la instancia de casación Gloria Nancy Velásquez, después de que no se diera traslado de unas pruebas realizadas por el Instituto de Medicina Legal por la juez de conocimiento.

Bedoya no tiene relación con la campaña de su hijo, no está vinculada a ella. Por el contrario, a la de Parra está vinculada Sandra Paola Hurtado Palacio, que fue sancionada por la Procuraduría por celebrar indebidamente convenios interadministrativos por 36.000 millones, entre Esaquín SA (ahora EPQ) y Proviquindío (hoy Proyecta) y algunos municipios, evadiendo los procesos de selección objetiva previstos en las leyes 80 de 1993 y 1150 de 2007.

Pérdidas

En el desarrollo de su contrato, el ingeniero ganó 11 millones de pesos, pero debió pagar una multa de 15 millones de pesos. El joven y la alcaldesa fueron condenados a diferentes penas por la justicia. No tomaron indebidamente ni un peso del erario, no robaron, pero incumplieron, por omisión de una profesional, una norma.

 “Hubo un error de una abogada, una buena profesional que cometió una ligereza, pero no hubo mala fe; fuimos transparentes y tenemos nuestras conciencias tranquilas. Tomar esto para atacarnos hace parte de una persecución política para afectar la candidatura de mi hijo, Juan Miguel Galvis Bedoya, a la Gobernación del Quindío, pero queda claro la mala intención de mis detractores políticos”, declaró la dama que dice que perdona a sus persecutores, entre ellos a Víctor Manuel Parra, por quien ora todos los días.

GS Oliver

Comunicador social – periodista

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