La SAE le debe más de $11.000 millones a Montenegro

***

En Montenegro, la deuda de la Sociedad de Activos Especiales, SAE, ha alcanzado una cifra alarmante: $11.000 millones por concepto de impuestos prediales. Mientras el Estado es implacable a la hora de cobrar, se muestra incapaz de cumplir con sus propias obligaciones, dejando al municipio sin los recursos que necesita para su desarrollo.

La SAE, que administra 78 predios en Montenegro, no paga un solo peso de impuesto predial. Desde que asumió su cargo en 2024, el alcalde Gustavo Pava ha intentado resolver la situación, incluso proponiendo una alternativa con visión regional: que uno de esos predios, llamado Potosí II, ubicado contiguo al relleno sanitario Andalucía, le fuera donado o vendido al municipio, o que con el mismo se cubriera la deuda relacionada con los prediales que debe la SAE.

El uso de ese terreno permitiría ampliar la capacidad del relleno sanitario y garantizar una solución ambiental de largo plazo para todo el departamento del Quindío. En este caso puntual, la SAE no ha entregado respuesta. Sin embargo, en otras iniciativas —como la posibilidad de entregar predios a asociaciones de mujeres o destinarlos a proyectos de producción agrícola— ha dicho que no.

Predios abandonados, deuda impaga

El problema va más allá de una cifra económica: los bienes en poder de la SAE permanecen cerrados, sin uso, sin inversión y, en muchos casos, en deterioro. Los 78 predios que administra en Montenegro representan no solo una carga fiscal, sino una carga simbólica de abandono institucional. Estos predios, en lugar de ser aprovechados para el desarrollo del municipio, se acumulan sin generar ningún beneficio para la comunidad.

Con los $11.000 millones de deuda, el municipio podría financiar proyectos clave de infraestructura, programas sociales o incluso iniciativas de vivienda. Sin embargo, la SAE sigue acumulando propiedades improductivas mientras la administración municipal carece de recursos suficientes para resolver necesidades urgentes.

La ruina de un símbolo

Uno de los casos más representativos del deterioro de los bienes en manos de la SAE en el Quindío tiene que ver con la Posada Alemana, un hotel que en los años ochenta fue decomisado a Carlos Lehder, entonces integrante del cartel de Medellín. Este inmueble, ubicado sobre la vía que de Armenia conduce a Pereira, en jurisdicción del municipio de Salento, pasó de ser un ícono de la opulencia y el turismo a convertirse en una estructura en ruinas, reflejo del abandono estatal. Lo que pudo haber sido un centro de memoria, cultura o desarrollo económico, terminó como un vestigio corroído por el tiempo y la desidia, en ese estado, totalmente arruinado, le fue entregado hace unos meses a la Gobernación del Quindío, que proyecta construir allí un parque temático.

El caso del edificio para la Universidad del Quindío

El comportamiento de la SAE no se limita a Montenegro. En Armenia, la capital del Quindío, la entidad ofreció a la Universidad del Quindío un edificio para ser utilizado como residencia estudiantil. Sin embargo, el contrato incluía una cláusula que permitía a la SAE exigir la devolución del inmueble en cualquier momento con solo cinco días de anticipación, sin importar las inversiones que la universidad y la Gobernación hubieran realizado para adecuarlo.

“Este tipo de cláusulas no permiten que las instituciones educativas puedan planificar proyectos a largo plazo”, señala un portavoz de la universidad. “No podemos comprometernos con una propuesta que no tiene ninguna garantía de estabilidad”.

¿Y la respuesta del Estado?

A pesar de los esfuerzos del alcalde Pava y de las solicitudes formales para resolver la deuda, la SAE no ha dado respuesta clara ni ha ofrecido una solución concreta. Mauricio Urquijo, director territorial de occidente de la SAE, sigue en silencio, mientras que la deuda sigue creciendo.

Lo que queda claro es que la Sociedad de Activos Especiales ha dejado de ser una entidad que devuelve a la sociedad los bienes incautados a criminales. Hoy, más que activos, acumula pasivos: propiedades abandonadas, contratos conflictivos y deudas impagas.

La deuda moral del Estado

La creación de la SAE se justificó como una medida para recuperar los bienes del crimen organizado y ponerlos al servicio de la comunidad. Sin embargo, la realidad es otra, se ha convertido en una sociedad de pasivos en descomposición, acumulando ruinas y deudas que afectan no solo a los municipios, sino a toda la ciudadanía que depende de la responsabilidad estatal. En Montenegro esperan respuesta, pues parte de su territorio se pudre en las manos de aquella que destruye todo lo que toca.

Aquí FINITO.

GS Oliver

Comunicador social – periodista

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *