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En el Quindío, el panorama político está marcado por la disputa entre dos grandes facciones: el grupo político de Juan Miguel Galvis y el de César Augusto ‘Toto’ Pareja. Aunque ambos tienen una fuerte presencia en la región, sus enfoques y estrategias para abordar las necesidades del pueblo son muy diferentes, y esa diferencia ha marcado la percepción popular.

Por un lado, tenemos al grupo de Galvis, un liderazgo que se ha esforzado por conectar con las comunidades más vulnerables del Quindío. Galvis se ha posicionado como un gobernador cercano al pueblo, especialmente al campesinado y a los sectores de bajos recursos que, históricamente, han sido olvidados por otras administraciones.

Su principal enfoque ha sido resolver problemas concretos, como el acceso al transporte, sin recurrir a prácticas clientelistas ni a la burocracia tradicional. Un claro ejemplo de esto es su propuesta de adquirir buses para los municipios, beneficiando a cientos de personas en lugar de contratar más funcionarios con ese dinero.

Aunque esta visión ha recibido críticas, incluso de algunos que lo apoyaron en su campaña, la postura de Galvis es clara: prefiere invertir en bienes colectivos que favorezcan a muchos antes que en contratos que solo beneficien a unos pocos. Esta lógica, que desafía el clientelismo tradicional, le ha permitido ganar simpatía en el pueblo.

Por otro lado, está el grupo de César Augusto «Toto» Pareja, un bloque político con una estructura sólida y un fuerte poder regional. El grupo de Pareja, líder no oficial, pero sí en el ejercicio, de Cambio Radical en el Quindío, tiene una historia de decisiones que han sido vistas como contrarias a los intereses del pueblo.

Su grupo ha estado involucrado en decisiones polémicas como el aumento de impuestos como el predial, y la futura implementación de fotomultas. Estas acciones han fortalecido la percepción de que este grupo está más preocupado por mantener su poder y estructura política que por mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Aunque Pareja y su colectivo tienen un gran apoyo político y una sólida base de poder, su desconexión con las verdaderas necesidades de la población ha sido cada vez más evidente.

El 5 de abril, durante un evento del programa Gobierno en la Calle, diseñado para acercar al gobernador Galvis a las comunidades, la presencia sorpresiva de Pareja en Génova marcó un hito en la disputa entre ambos grupos. Acompañado de varios de sus aliados políticos, como diputados, alcaldes y el representante a la Cámara John Edgar Pérez, Pareja irrumpió en el evento, lo que fue interpretado como un acto político de confrontación.

Este tipo de «tomas» no solo busca visibilidad, sino enviar un mensaje claro de competencia por el poder. Aunque legalmente cualquier ciudadano tiene derecho a asistir a eventos públicos, esta acción fue más un mensaje político que un simple acto de participación ciudadana.

Es cierto que vivimos en un departamento libre, donde los líderes políticos pueden participar en los espacios públicos. Pero, al igual que en Génova, lo que ocurre en estos eventos no es solo lo que se dice, sino lo que se omite, lo que se comunica a través de gestos y actitudes. Y, en este caso, el grupo de Galvis parece haber logrado conectar mejor con las expectativas de la gente.

El grupo de Galvis ha adoptado por una postura más inclusiva y ha mostrado mayor disposición a abordar los problemas reales de la población. En contraste, el grupo de Pareja ha sido percibido como más insensible a las necesidades del pueblo, al tomar decisiones que parecen ignorar las demandas sociales. Esto ha creado una clara separación en la percepción pública: Galvis parece estar del lado de los ciudadanos, mientras que los de Pareja se alejan cada vez más de ellos.

Al final, la disputa entre ambos grupos no se trata solo de quién tiene más aliados o visibilidad, sino de quién tiene la capacidad de transformar realmente la vida de los ciudadanos a través de decisiones que respondan a sus necesidades. Las «tomas» o estrategias de corto plazo pueden generar ruido, pero lo que realmente enamora al pueblo son las acciones concretas que mejoren su bienestar. Galvis y Pareja analizan sus cartas: ahí está el dilema.

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En el Quindío se dio apertura no oficial, pero sí en el ejercicio, a la campaña de 2026 al Congreso de la República.

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